Esto no es responsabilidad
mía, sino tuya. Para que tú mismo lo hagas.
Le
pedí a DIOS que me sanara a
mi hijo. DIOS dijo que NO.
Su espíritu es sano, su cuerpo es solo temporal.
Yo
le pedí a DIOS que me
concediera paciencia. DIOS dijo que NO.
La paciencia es un
producto de la tribulación. No se concede, sino que se aprende.
Yo
le dije a DIOS que me diera
felicidad. DIOS dijo que NO.
Te doy bendiciones, la
felicidad depende de ti.
Le
pedí a DIOS que me quitara
el dolor. DIOS dijo que NO.
El sufrimiento te aleja de
los placeres mundanos y te trae más cerca de Mí.
Yo
le pedí a DIOS un
crecimiento espiritual. DIOS dijo que NO.
Tú debes buscar tu propio
crecimiento, pero yo te perdonare, para que seas fructífero.
Le
pedí a DIOS por muchas cosas, para gozar la vida. DIOS dijo que NO.
Yo te daré vida, para que
tú disfrutes de todas las cosas.
Yo
le pedí a DIOS que me ayudara a AMAR a otros, tanto como Él me ama a mí. DIOS
dijo…
¡¡¡Ahhh!!!
Finalmente ya entendiste lo que quiero decirte!!!
Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos
unos a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros. 1
Juan 4:12
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